En una partida en la calle, el
público es quien marca los límites del terreno de juego. Si se trata de una
partida de llargues, quitando el
pequeño espacio de saque, todas las otras zonas pueden ser ocupadas por la
gente. Longitudinalmente, a ambas partes de la calle, pegados a la pared, será
donde más público se pondrá. Transversalmente, detrás del rest (zona donde juega el equipo que resta el saque) y detrás del saque habrá una nueva
barrera humana, llamada la parada, que será la parte encargada de parar las
posibles molestias para la partida, por eso el nombre.
Imagen extraída de El joc de pilota valenciana. LLopis i bauset, F. (1987) |
En
otras modalidades en las cuales el saque no es libre, sino limitado, la
posición del público es diferente. A la galotxa
y la perxa, modalidades en que existe
un dau (zona de saque) donde hay que
colocar la pelota para que el jugador contrario la devuelva al aire o al primer
bote, el público no podrá colocarse en este espacio.
El
público asistirá a las partidas de pie, con sillas o agachados; siendo esta
última una postura muy típica de labradores valencianos. Los sitios menos
concurridos, y por tanto los que están prácticamente vacíos, serán los que los
espectadores hayan marcado como peligrosos por posibles alcances de la pelota.
Así pues, el público, muy a menudo, tendrá que participar en el juego. Este se
moverá para no recibir el golpe de la pelota o para no desviarla y molestar al
jugador y, sobretodo, no perderá la pelota de vista. En las modalidades de
cuerda, sobretodo de galotxa, también
habrá sobre la cuerda los bancos donde se sentará el marxador y los aficionados más entendidos.
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